La de 2018 será la primera Copa Libertadores que dirigirá Ricardo Zielinski en su carrera. Con casi 60 años (llegó a los 58 en octubre), cumplirá el sueño de cualquier entrenador. Ese que incluso Juan Manuel Azconzábal -artífice de la primera clasificación-, ni siquiera pudo cumplir, ya que renunció meses antes de que le otorgaran el cupo al equipo. Aún con todo este preámbulo, el “Ruso” no estalla de alegría.
“Era lo normal (que River le gane a Morón). Se preveía que iba a pasar eso”, es lo primero que le dice a LG Deportiva desde Buenos Aires a donde tuvo que partir de urgencia para resolver algunos trámites personales.
Quizás era normal que un equipo de Primera le gane a uno de la B Nacional pero no así que el “Decano” se clasifique por segunda vez consecutiva a la Libertadores. “Es muy importante para el club sobre todo porque ha sido un semestre con tres torneos y muy desgastante”, agrega Zielinski que empieza a dejar ver esa felicidad que -en el fondo- está contenida.
Es que en las circunstancias en las que Atlético consiguió la clasificación a la final de la Copa Argentina y -por ende- a la Libertadores, está el orgullo del entrenador que se hizo cargo del equipo en mayo de este año. “Se nos fueron 18 jugadores; incorporamos 14; tuvimos que reorganizar la defensa y jugamos todo el tiempo finales (partidos eliminatorios)”, resume Zielinski.
¿El mérito? No tiene dudas en endilgárselo a los jugadores. “Es todo de ellos. Son unos fenómenos, realmente. Entendieron muy rápido que teníamos que estar a la altura de los partidos. Siempre que suceden estas cosas, es mérito de los jugadores”, explicó.
Uno de los puntos más sensibles de lo que significó la jornada del domingo para el “Ruso” fue la confirmación de que volverá a enfrentar a River en una instancia importante, tras la Promoción jugada con Belgrano que terminó sentenciando el descenso del “Millo” a la B Nacional.
En realidad, puede que haya sido sensible para los memoriosos y los que no tienen problemas con el morbo que ese momento del fútbol argentino representa, porque para Zielinski mismo no significa más que un cruce con un equipo grande.
“No es especial. No me genera nada raro. Solamente alegría de poder jugar con un gran rival y que tiene historia”, reconoció. En realidad. Zielinski acepta que luego del descenso, River pudo reconstruirse y llegar a lo que es hoy en día. “Está un escalón arriba de todos y eso es lo que tenemos que escalar en la final. Lo pasamos con Independiente, después con Vélez y ahora está River”, explicó.